A estas altruas, todas (o casi todas) hemos entendido que el protector solar es un cosmético que se usa todo el año y todos los días, no solo los días que vamos a la playa o a la piscina en verano. Ahora lo que toca es aprender cómo hacerlo en condiciones. Porque, en esto de la protección contra la radiación ultravioleta, es tan crucial el factor solar como la forma de aplicarlo o la cantidad.
Ana Santamarina, experta en dermocosmética y formulación, nos explica cuáles son los principales errores que detecta a la hora de proteger nuestra piel del sol. ¿Los cometes tú también?
5 errores que muchas personas cometen con el protector solar
1. No aplicar protector solar en días nublados
"Aunque el sol no esté brillando intensamente, los rayos UV pueden penetrar las nubes y causar daño en la piel. Es importante aplicar protector solar incluso en días nublados", aconseja Ana Santamarina.
2. No reaplicarlo a lo largo del día
"Especialmente si sudas o te tocas mucho la cara, el protector solar se va eliminando", recuerda la experta. Para ello, resulta muy práctico llevar encima espráis o brumas solares que te permitan restaurar la protección cómodamente y sobre la marcha. Solo tienes que rociar sobre el rostro y listo. ¡Lo mejor es llevar siempre uno en el bolso!
3. "Maquillarte inmediatamente después..."
"... y aplicar el maquillaje arrastrando la piel. Esto hará que retiremos el SPF del rostro y perdamos esa protección", explica Santamarina. "Mi consejo: espera un minuto y aplica el maquillaje a toques sin arrastrar. Además, verás que el resultado se verá mucho más pulido", recomienda.
4. No proteger todas las áreas expuestas
"Es sorprendente la cantidad de gente que se quema el cuero cabelludo cuando la exposición solar es más intensa. Para ello recomiendo utilizar un sombrero o gorra, algo muy sencillo, que evita que al quemarte aumente el riesgo de cáncer de piel", explica. Desde Listísima añadimos un truco más: hacerte una coleta alta. Este peinado conseguirá tapar la raíz de tu melena.
5. No utilizar la cantidad adecuada
"Si quieres obtener la protección que indica en el envase debes aplicar 2 mg por cada 2 cm de piel. Es decir, dos dedos de producto para tu rostro. Muchas personas están usando un SPF 50 y obteniendo una protección solar de 15…", asegura la experta. Por lo que no te fíes tan solo de que el producto sea bueno, también debes ser generosa con la cantidad para garantizar su función.
Tipos de filtros solares
Los protectores solares sirven para bloquear los efectos de la radiación ultravioleta en la piel. Para ello se utilizan una serie de filtros que pueden ser inorgánicos u orgánicos.
Los filtros solares inorgánicos
Son los conocidos popularmente como filtros físicos, polvos de origen mineral que actúan a modo de barrera física para reflejar la radiación ultravioleta a la vez que la absorben parcialmente. Son capaces de bloquear tanto la radiación ultravioleta A como B haciendo efecto pantalla. Por eso a veces se les denomina "pantalla solar".
El óxido de titanio y el óxido de zinc son los más utilizados y se depositan en la superficie de la piel.
Estos filtros minerales suelen ser muy estables, por lo que son ideales para proteger a los niños, así como a personas con pieles sensibles o alergias. Eso sí, se caracterizan por su textura espesa y su color blanco, que tiende a dejar una película opaca sobre la piel que puede resultar incluso oclusiva. Por eso muchas de estas fórmulas incorporan pigmentos para darle un acabado efecto maquillaje que embellezca la piel, ya de paso, ocultando imperfecciones.
Las fórmulas con filtros físicos más novedosas incorporan micro y nanopartículas que son casi invisibles e igualmente seguras para evitar ese acabado tan poco cosmético.
Filtros solares orgánicos
Son los conocidos como filtros químicos, ya que se componen de moléculas que absorben la radiación ultravioleta y la transforman en energía térmica. Los hay que absorben más UVA o más UVB, por lo que las fórmulas finales suelen combinar diferentes filtros.
Su gran ventaja es que son muy cosméticos, porque no dejan rastro blanquecino en la piel y encajan bien en fórmulas hidratantes y no comedogénicas –que no obstruyen el poro–, ideales para pieles grasas o con problemas de acné o rosácea.
En la actualidad, la mayoría de los protectores solares usan una combinación de ambos filtros, químicos y físicos, para ofrecer una protección completa ante el sol. Muchas incluso incorporan antioxidantes para bloquear el daño de los radicales libres además de prevenir y reparar el daño oxidativo de las radiaciones solares sobre las células, potenciando ese efecto protector.
Los filtros inorgánicos actúan casi de inmediato por el efecto pantalla, pero los orgánicos requieren más tiempo, por lo que es necesario aplicarlos con el margen necesario.
¿Cuáles protegen mejor?
Hace no mucho que las cremas solares contaban con texturas espesas y muy poco cosméticas, lo que provocaba cierto rechazo en la mayoría de mujeres. Hoy en día esa textura y presentación poco tiene que ver con su poder protector. De hecho, lo que nos indica el nivel de protección es el Factor de Protección Solar (FPS) al margen de que se trate de un aceite, una crema o una bruma. Aunque sí es cierto que los productos más grasos aguantan más sobre la piel.
Así que, a la hora de elegir debemos fijarnos sobre todo en la protección frente a UVA, la presencia de antioxidantes entre sus ingredientes, la tolerancia y la cosmeticidad. ¿Qué es lo ideal? Un fotoprotector de amplio espectro con un FPS alto y que encaje con tu tipo de piel. Otro aspecto muy relevante a tener en cuenta es si es resistente al agua, ya que la radiación ultravioleta la traspasa.
Tipos de FPS
¿Sabes a qué nos referimos cuando en cosmética hablamos de un factor solar alto? Toma nota de la clasificación universal del Factor de Protección Solar.
- Bajo: FPS 6 y 10.
- Medio: FPS 15, 20 y 25.
- Alto: FPS 30 y 50.
- Pantalla total: FPS 50+ o 100
Formatos para proteger el cutis
El protector solar facial tradicional no es la única alternativa para preservar tu cutis del daño solar. De hecho, la innovación en el campo de la cosmética ha hecho que cada vez haya formatos más atractivos para combatir el fotoenvejecimiento. Desde sérums con tratamiento a cremas hidratantes con factor solar, pasando por las BB y CC creams –en las que es un imprescindible–, y las bases de maquillaje e hidratantes con color, brumas faciales, lociones despigmentantes, contornos de ojos y labiales. ¡Incluso mascarillas y espráis para el cabello! Y es que ya no hay excusa para dejar nuestra piel e incluso nuestro pelo desprotegido ante los daños de sol.
Lo que debes hacer para protegerte correctamente
Por muy bueno que sea tu protector solar, nunca podrá filtrar toda la radiación UV en condiciones reales. Además, la forma en que lo usas y te lo aplicas influirá en su eficacia. Para una correcta aplicación, lo que debes hacer es evitar los errores que hemos comentado antes, por lo que:
Ten en cuenta la cantidad
"Debemos aplicar una cantidad mayor de producto que del resto de cosméticos y, por supuesto, si vamos a permanecer mucho tiempo expuestos al sol debemos reaplicar varias veces”, recuerdan Edurne Arraiza y Marta Peinador, expertas en cosmética japonesa y fundadoras de TSUKI Japanese Cosmetics.
Muchas de nosotras aplicamos una cantidad menor de la necesaria, lo que afecta a la eficacia del protector. Hasta tal punto, que un factor solar 50 puede pasar a ser menos de la mitad…
Aplícalo con suficiente antelación
"A la hora de aplicar el protector solar debemos tener en cuenta que la piel va a necesitar un tiempo para absorberlo y crear esa película protectora, por lo tanto, lo recomendable es aplicar entre 20 y 30 minutos antes de exponernos al sol", recalcan desde la marca. "Podemos aplicar maquillaje después sin ningún problema, pero también podemos optar por maquillaje con SPF incluido”, recuerdan.
Recuerda las zonas "olvidadas"
Lo más adecuado es aplicar el protector frente a un espejo en casa, sin prisas y sobre la piel seca, aunque no siempre es posible. Ante todo, recuerda cubrir bien todas las zonas del cuerpo, con especial atención a las más olvidadas: las orejas, los empeines, la nuca, el escote y la espalda. Son las que más habitualmente se queman y presentan mayor incidencia de cáncer de piel.
Y sobre todo: reaplica, reaplica y reaplica
Es la asignatura pendiente de todas y una de las principales limitaciones del protector solar. Debemos reaplicar el protector aunque sea resistente al agua y pantalla total. Lo ideal es hacerlo mínimo cada 2 horas y si sudamos, no secamos con la toalla o nos bañamos.
Otros dos protectores solares a tener en cuenta
También puedes proteger desde dentro
Las cremas solares nos ayudan a proteger desde dentro, pero la nutricosmética lo hace desde dentro, protegiendo del efecto nocivo de los radicales libres. Elige una fórmula como Sun Lux de Santamarina Cosmetics, que protege de la radiación UV, previene manchas y recupera la piel del eritema y quemadura solar. Con un potente efecto antioxidante, es ideal para todo el año, ya que complementa y maximiza la protección del SPF tópico.
Un protector para zonas especiales
Las zonas más delicadas y expuestas del rostro y el cuerpo, también necesitan protección alta.
Nos referimos a lunares, cicatrices y tatuajes que, si bien no queremos cubrir físicamente, si queremos preservar del daño solar. Por ejemplo, para proteger el color de los tatuajes y evitar la decoloración, podemos recurrir a un protector en barra como Invisible Sunstick SPF 50+ Non Stop de Anne Möller.