Arrugas, tono apagado, manchas, líneas de expresión, pérdida de densidad,... Son algunos de los rasgos propios de una piel madura que nos obligan a adaptar nuestra rutina de belleza a partir de los 50 –si no, antes–. Esto implica un cambio en las fórmulas y los ingredientes, así como las texturas e incluso los formatos para atender adecuadamente a las necesidades de la piel en esta etapa. Algo que, en la práctica, es más fácil de decir que de aplicar...
Y es que los cuidados para una piel madura nada tienen que ver con los que se deben dar a una piel grasa o una piel sensible. Por eso Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD te enseña todo lo que tienes que saber sobre cómo cuidar una piel +50. ¿Lo estás poniendo ya en práctica?
Sus 10 mandamientos para cuidar la piel madura
- Textura ricas: “Pasados los 50, es habitual que hayamos pasado la menopausia. Esto significa que, con la bajada de estrógenos, la piel se queda más sequita", afirma la cosmetóloga. "Por ello, son pieles que necesitan texturas más ricas con ingredientes más grasos, como la manteca de karité”, explica.
- Ácido hialurónico: “Son pieles que suelen presentar arrugas más marcadas. Esto se soluciona con ingredientes de efecto relleno con ácido hialurónico para el relleno inmediato, que darán un aspecto más jugoso y terso a la piel”, asegura la cosmetóloga de Perricona MD.
- Retinoides: “Es la etapa perfecta para utilizar retinoides", revela Raquel González. "Es el estándar de oro antiedad, el mejor regenerador de la piel y propulsor de que la piel produzca nuevo colágeno y elastina para que se vea más tersa y firme”, explica.
- Vitamina C: “Las pieles maduras suelen verse más pigmentadas por la sobreexposición al sol. Para tratarlo, beneficiarán mucho los cosméticos ricos en ingredientes como la vitamina C, capaz de iluminar, unificar el tono y reducir los niveles de melanina de la piel”, afirma la experta.
- Luminosidad: “Las pieles de más de 50 suelen tener también el tono más apagado. Esto se soluciona con ingredientes que promuevan la luminosidad, como la vitamina C, la niacinamida o los péptidos iluminadores”, explica.
- Péptidos: “Son grandes aliados de las pieles. Son cadenas de aminoácidos muy específicos que permiten combatir preocupaciones concretas: firmeza, arrugas manchas, tono cetrino, etc.”, indica González.
- Efecto lifting: “Un gran consejo para las pieles maduras es que empiecen a usar productos que incluyan DMAE, un activo cosmético que promueve la firmeza de los músculos faciales", cuenta la experta, que asegura que "es fundamental para que la piel tenga un sostén firme y se vea más tersa”.
- Exfoliantes: “En las rutinas de las pieles maduras conviene incluir la exfoliación como elemento básico", asegura. "Nos ayudará a ir regenerando la piel y mejorar el tono. En este sentido, suele ser más eficaz la exfoliación con hidroxiácidos como el glicólico o el láctico”, añade.
- Factor solar: “Puesto que las pieles maduras son pieles más fotoenvejecidas, en ellas es especialmente importante el SPF, que ayudará a evitar daños futuros y permitirá que el resto de cosméticos que apliquemos con función regeneradora puedan actuar de manera más eficiente", recuerda la experta cosmética.
- Cuidado con el maquillaje. “Son pieles que si las maquillamos mucho, tienden a parecer todavía más maduras", recuerda Raquel González. "En su lugar, se suele recomendar maquillaje más ligero y preferiblemente, con tratamiento, para que haga sinergia con la rutina facial y perfeccione mientras ayuda a tratar los signos de la edad", aconseja.
Un cuidado extra para ojos y labios
Como ya sabrás a estas alturas, la crema hidratante no basta para cuidar el contorno de los ojos. Si la piel de la cara es cinco veces más fina que la del resto del cuerpo, la de alrededor de los ojos lo es diez veces más, por lo que merece la pena prestarle especial atención, porque es la primera zona susceptible de delatar nuestra edad mediante bolsas, ojeras y patas de gallo.
Reduce bolsas
Con el paso de los años, la fina membrana de sujeción que hay bajo los ojos se relaja y podría ocasionar la aparición de bolsas. Si han aparecido por problemas de microcirculación, elige un contorno específico descongestivo y drenante.
Disimula las ojeras
Un descanso nocturno reparador de un mínimo de 8 horas mejora considerablemente el problema de las ojeras, que suele deberse a la dilatación de capilares. En este caso, los mismos activos que ayudan a reducir bolsas actúan eficazmente contra ellas. Cuando son marones, en lugar de moradas, aparecen por un exceso de melanina. En este caso se pueden combatir con un contorno despigmentante o disimularlas con un corrector de maquillaje.
Mantén a raya las patas de gallo
La gesticulación continua es la principal causa de su aparición por la frecuente contracción muscular. Para prevenir, no olvides las gafas de sol para evitar fruncir el entrecejo. Si las arrugas ya han aparecido, recurre a parches una vez a la semana o sueros que puedes usar como base de tu contorno. Aplícalos suavemente con golpecitos suaves de las yemas de los dedos sobre el hueso periocular, evitando frotar y desplazar la fina piel bajo el ojo.
Eleva los párpados
Aunque es un objetivo más ambicioso a no ser que hablemos de cirugía, puedes recurrir a un contorno de ojos con activos tensores, como la proteína de trigo, que ayuda a que la piel de los párpados no caiga y le dé aspecto triste y cansado a la mirada.
Si la flacidez es muy evidente, se puede recurrir a sesiones de radiofrecuencia o a una blefaroplastia.
El temido código de barras
Aplícate un bálsamo labial hidratante o nutritivo y utiliza contorno de labios –a veces sirve el de los ojos también– para prevenir y atenuar la presencia de las arrugas más frecuentes en esta zona, conocidas como código de barras.
Los activos más interesantes a partir de los 40-50
- Retinoides: son los activos más recomendados para combatir los principales problemas de la piel madura: manchas, marcas, arrugas, luminosidad y textura áspera. Su forma más suave, el retinal, tiene menor riesgo de irritación. Lo ideal es combinarlo con vitamina C durante el día y usando siempre factor solar.
- Vitamina C: es el antioxidante de uso más extendido por sus poderes globales antiedad: ilumina, aclara manchas, combate arrugas, estimula la producción de colágeno y elastina y protege del daño de los radicales libres. La puedes usar tanto de día como de noche.
- Ácido hialurónico: capaz de retener hasta 1.000 veces su peso en agua, es ideal para compensar la pérdida de hidratación en las pieles maduras, con un ligero efecto relleno que viene de maravilla. Son ideales las fórmulas con diferentes pesos moleculares que hidratan a todos los niveles.
- Hidroxiácidos: son perfectos para acelerar el proceso de renovación del cutis, que se ralentiza con la edad. El más usado es el ácido glicólico, un ácido exfoliante que mejora la textura, reduce manchas e ilumina.
- Niacinamida: es un todo en uno que calma la inflamación y el enrojecimiento, mejora la textura, combate manchas y tiene poder antiedad en concentraciones elevadas.
- Péptidos: son esenciales a estas edades, ya que estimulan la producción de colágeno y elastina, hidratan y aceleran la renovación celular. Su tamaño diminuto los convierte en especialmente eficaces, así como menos irritantes. A estas edades convienen péptidos más concentrados.
- Ceramidas: son activos grasos presentes de forma natural en la piel que se añaden a la rutina cosmética para fortalecer la función barrera de la piel y mantener el cutis sano e hidratado. Son ideales en combinación con otros activos con poder irritante como el retinol o el ácido glicólico.
Rutina de día y noche para piel madura
Diferenciar entre tratamientos diurnos y nocturnos es vital en este tipo de pieles. Y es que la cosmética antiedad de día está formulada para prevenir o combatir las arrugas, pero también para proteger la piel de los agentes externos –sol, contaminación–. Por su parte, la nocturna suele ser más nutriente y ayuda a regenerar el cutis a niveles más profundos, por lo que no conviene usar los mismos productos ni fórmulas. Al fin y al cabo, durante el descanso nocturno es cuando se produce el pico más alto de renovación cutánea.
Rutina de día
- Limpieza facial.
- Sérum hidratante con vitamina C.
- Contorno de ojos y labios antiedad.
- Crema antiedad con factor solar (o seguida de un protector solar si no lo contiene).
Rutina nocturna
- Doble limpieza facial: con un limpiador sin aclarado como agua micelar o leche desmaquillante y, a continuación, uno que necesite aclarado con agua.
- Sérum con retinoides.
- Contorno de ojos y labios antiedad.
- Crema con ceramidas o péptidos para regenerar.
- Aceite facial –opcional, si se necesita un extra de hidratación–.
*Extra: sobre todo en la rutina de noche puedes incorporar una vez por semana una buena mascarilla con poder regenerador.
Si ya tienes manchas...
Utiliza todo el año fotoprotector, ya que muchas de las manchas aparecen por los excesos de sol a lo largo de los años, pero las existentes empeoran. Si es el caso, utiliza también un despigmentante. Te irán bien productos con retinoides, vitamina C, niacinamida, ácido azelaico y ácido kójico.