Conseguir una piel radiante y saludable hoy en día no es difícil, sobre todo por la extensa oferta de productos y tratamientos que podemos encontrar en distintas tiendas y supermercados. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que puedes conseguir el mismo resultado mezclando ingredientes que tienes en tu cocina? Las mascarillas naturales para la cara, elaboradas con cosas que puedes encontrar en casa, están ganando mucha popularidad no solo por su accesibilidad, sino porque resulta una manera cómoda, efectiva y económica de cuidar tu piel evitando productos que a menudo llevan ingredientes químicos en su composición.
Hoy te traigo siete mascarillas caseras y naturales cuya fórmula no solo es fácil de preparar, sino que también prometen una experiencia intensiva de cuidado de la piel que hace que sean una gran alternativa a tratamientos convencionales. Y lo mejor de todo, es que están avaladas por cosmetólogas que han compartido los beneficios de cada una de ellas y el paso a paso para elaborarlas con pocos ingredientes. ¡Te aseguro que dan resultado!
Una mascarilla para cada tipo de piel
La mascarilla facial es siempre un plus cuando hablamos de cuidado y reparación para la piel, pero para ello, es conveniente saber elegir la correcta según tus necesidades para poder aprovechar al máximo todos los beneficios.
María Padilla, esteticista y cosmetóloga, ofrece las claves para escoger la mascarilla adecuada, empezando por conocer tu tipo de piel y lo que necesita. "No es lo mismo una piel sensible con necesidad de protección, que una grasa que necesita regular la producción de sebo.
Si tu piel es seca y sensible, Padilla aconseja optar por mascarillas hidratantes y nutritivas, que vienen muy bien para este tipo de pieles con tendencia a la sensación de tirantez o el enrojecimiento. "Este tipo de mascarillas alimentan y protegen la capa superior de la epidermis. Si existe mucha sequedad, mejor elegir una textura más cremosa", explica.
Si tienes la piel mixta y grasas, las mejores mascarillas son las purificantes, que regulan el exceso de sebo, reducen la aparición de las espinillas y combaten los brillos. "Opta por una mascarilla en gel, que además aporta sensación de frescura, en lugar de elegir texturas cremosas o pesadas.
Lo que hace cada mascarilla
La experta en cosmetología también diferencia los tipos de mascarillas en función de sus componentes principales y los objetivos que desees para tu piel. Distingue hasta 6 tipos, cada una con unos beneficios específicos, como puede ser hidratar, aportar elasticidad, limpiar, etc.
- Hidratantes. Forman una barrera que retiene la humedad y están indicadas para pieles secas, con pequeñas arrugas o líneas de expresión.
- Exfoliantes. Eliminan las células muertas y aumentan la luminosidad de la piel.
- Purificantes. Eliminan los brillos desagradables y cierran los poros dilatados.
- Nutritivas. Aportan nutrición, luminosidad y confort a la piel.
- Tensoras. Aportan a la piel un aspecto descansado, incluso un extra de hidratación.
- Calmantes. Son ideales tanto para pieles sensibles como aquellas con rojeces, y se suelen aplicar después de un peeling facial.
7 mascarillas naturales y caseras según las necesidades de tu piel
Ahora que ya conoces tu tipo de piel y sus necesidades, es momento de pasar a la acción y elaborar tú misma aquella mascarilla que mejor se adapte a tu rutina de belleza. Entre todas las opciones posibles, he encontrado 7 que podrás elaborar en poco tiempo y que, además, aportan muchos beneficios todo en uno.
Mascarilla de yogur, cacao, miel y avena
Johanna Ortiz, toda una gurú en tratamientos de belleza y salud, propone esta mascarilla natural para mejorar la apariencia del rostro y controlar los niveles óptimos de grasa. Su fórmula se compone de una cucharada de yogurt, una cucharada de cacao en polvo, una cucharada de miel y una cucharada de avena.
Mezcla todo, aplícala sobre la piel limpia y seca y deja actuar durante 10 minutos. Después, retira con abundante agua. ¡El resultado será una piel súper suave e hidratada!
Mascarilla rejuvenecedora de miel y yogur
Elke de Abreu, experta en tratamientos para la piel y autora de un blog de mascarillas naturales, aconseja esta mascarilla para eliminar las células muertas de la piel y combatir los signos del envejecimiento.
Para elaborarla, ella mezcla 3 cucharadas de yogur sin azúcar y 3 cucharadas de miel, y aplica sobre el rostro limpio y seco. Después, deja actuar durante 20 minutos y retira con agua fría. Para conseguir mejores efectos, la bloguera recomienda usarla unas 2-3 veces por semana.
Mascarilla exfoliante de café, aceite de coco y cúrcuma
Esta mascarilla le aporta un aspecto radiante y renovado a la piel, reduce las ojeras, mejora el drenaje linfático, y elimina espinillas y poros abiertos. Nicole Ravachi, divulgadora de tratamientos de belleza, explica que para prepararla solo necesitas una cucharadita de café molido, una cucharada de aceite de coco 100 % virgen y media cucharadita de cúrcuma.
¿Y qué beneficios aportan cada uno de estos ingredientes? En primer lugar tenemos el café, que no solo mejora la circulación y deja la apariencia de una piel fresca y joven, sino que también ayuda para reducir el aspecto oscuro y cansado de las ojeras. La cúrcuma, debido a sus propiedades antisépticas y antibacterianas, es ideal para combatir espinillas y sirve para proporcionar un brillo juvenil a la piel. Por su parte, el aceite de coco tiene propiedades antibióticas y antimicrobianas que pueden ayudar a prevenir y combatir infecciones, y es una solución segura para prevenir la sequedad y descamación de la piel. También retrasa la aparición de arrugas y la flacidez.
Para conseguir todos estos beneficios tienes que aplicarte la mascarilla en todo el rostro y dejar actuar durante unos 20 minutos. Para retirarla, lávate la cara con tu jabón habitual.
Mascarilla hidratante con linaza
Karen E. Ramírez, experta en nutrición, encuentra en algunos ingredientes propiedades muy atractivas para la salud de la piel. Es el caso de la linaza, un alimento rico en ácidos grasos omega-3, antioxidantes y fibra, que aporta muchas propiedades hidratantes y antiinflamatorias.
Para hacer esta mascarilla tan solo necesitas mezclar 2 cucharadas de linaza en una olla con 2 tazas de agua y poner a hervir hasta que coja consistencia. Después, deja reposar durante 10 minutos y podrás aplicártela en el rostro limpio, una vez al día, con un ligero masaje facial. Espera otros 10 minutos hasta que se seque por completo en tu piel. Enjuágate la cara y presume de una piel radiante e hidratada sin tener que recurrir a tratamientos costosos.
Mascarilla nutritiva de arcilla
La arcilla es uno de los mejores ingredientes naturales para la piel. Los expertos de Saper aconsejan mezclarla en agua hasta lograr una consistencia suficiente, y después aplicarla en el rostro de 15 a 20 minutos.
Esta mascarilla es ideal para pieles grasas: estimula la circulación sanguínea, favorece el aporte de nutrientes y limpia la piel de toxinas e impurezas, ya que absorbe la grasa de la piel y aporta minerales revitalizantes.
Mascarilla antiacné de avena, yogur y limón
Si quieres controlar los brillos y tienes la piel grasa, esta mascarilla casera es perfecta para ti. Los especialistas de Max Center explican que para elaborarla solo necesitas poner en un cuenco dos cucharadas de copos de avena, dos de yogur y dos de zumo de limón, un ingrediente que tiene un gran poder exfoliante y antibacteriano, que ayuda a acabar con los puntos negros y combate el acné.
Aplícala mientras realizas un suave masaje y déjala actuar durante 15 minutos. ¡Te encantará el resultado!
Mascarilla antiinflamatoria y antioxidante de té verde y miel
La última de las mascarillas caseras y naturales que deja unos resultados espectaculares es la de té verde con miel. La Dra. Lilia Yunuen García de León, experta en cuidados de la piel, aconseja esta solución antiinflamatoria y antioxidante para pieles grasas porque, además, reduce el sebo y cierra los poros.
Para ello, puedes usar una bolsita de té verde de supermercado y verter en un recipiente las hojas junto a una cucharada de miel y agua. Después, aplícala sobre el rostro limpio y déjala actuar durante 15-20 minutos. ¡Un elixir de belleza mucho más eficaz que algunos tratamientos convencionales!
¿Cuándo ponerse una mascarilla facial?
Hay mascarillas que puedes usar una vez al día, aunque lo más habitual es aplicarlas "una o dos veces por semana", como explica la esteticista María Padilla, "procurando hacerlo por la noche, ya que es cuando nuestra piel entra en el proceso de regeneración celular", aconseja.
La piel del rostro es la que más sufre el efecto de los factores ambientales, por eso es importante cuidarla y darle lo mejor, por ejemplo, con estas mascarillas nautrales y caseras que funcionan como un excelente aliado para mantenerla joven y radiante.
Trucos para aplicar la mascarilla natural facial y obtener mejores resultados
Aplicar una mascarilla facial natural es más que un simple paso en tu rutina de cuidado de la piel, pero, ¿hay alguna forma de conseguir mayores resultados? Los cosmetólogos han revelado algunos trucos para sacar el máximo provecho de tus mascarillas caseras:
Limpieza adecuada: Antes de aplicar cualquier mascarilla, asegúrate de limpiar tu rostro a fondo para eliminar la suciedad y los residuos de maquillaje, para que los ingredientes de la mascarilla penetren mejor en la piel.
Exfoliación suave: Si es posible, realiza una exfoliación suave antes de aplicar la mascarilla para eliminar las células muertas de la piel y permitir una mejor absorción de los nutrientes.
Aplicación uniforme: Usa una brocha de aplicación o tus dedos limpios para extender la mascarilla de manera uniforme sobre tu rostro y cuello, evitando el área de los ojos y los labios, y deja actuar el tiempo aconsejado.
Retira con suavidad: Cuando llegue el momento de retirar la mascarilla, hazlo con movimientos suaves y circulares usando agua tibia o fría. sin frotar demasiado fuerte, ya que esto puede irritar tu piel.
Hidratación posterior: Después de retirar la mascarilla, no olvides hidratar tu piel con tu crema facial habitual para mantenerla suave, flexible y radiante.
Recuerda que, aunque las mascarillas son una buena alternativa para el cuidado de la piel, es muy importante complementarlo con otros cuidados y conocer qué necesita realmente tu piel para evitar reacciones y potenciar sus efectos.