Si hay un color universal que siempre gusta y por el que muchas repiten una y otra vez en sus prendas de ropa, ese es, sin lugar a dudas, el blanco. Este tono, caracterizado por su pureza y luminosidad, se ha asentado como uno de los modelos ‘neutros’ a los que siempre recurrir, aquel que siempre sienta bien, sea cual sea nuestra colorimetría, y sobre todo, aquel que se adapta genuinamente a cualquier diseño de moda, ya sea un vestido, unos pantalones o prendas superiores, como camisas o blusas, las cuales -además- se consagran como un esencial fondo de armario.
Se trata de uno de los colores más prácticos y versátiles de la paleta cromática y, como tal, es un incombustible, como ya adelantamos líneas atrás, en los armarios femeninos. No obstante, pese a su practicidad para construir estilismos femeninos, a la hora de asociarlos con otros aspectos de la belleza, como puede ser un maquillaje concreto, la historia se complica.
La razón es muy sencilla: al tratarse de una tonalidad recta, es decir, sin un balance de color que permita cierta personalización, son muchas las que dudan por qué colores y acabados optar para potenciar su imagen. Mientras unas abogan por el máximo contraste, jugando con labios intensos o ahumados dramáticos, otras ven en el blanco el mejor escenario para potenciar su belleza natural, con acabados ‘no make-up’ que enfaticen sus rasgos personales, pero ¿cuál de ellos es el correcto?
Hoy, para dar con la respuesta al eterno debate que rodea a los maquillajes con ropa blanca y, más concretamente, sobre los diseños faciales que mejor sientan junto a camisas o blusas blancas, preguntamos a los especialistas. Maquilladores, expertos en cosmética y belleza, responsables de comunicación de belleza… Todos ellos nos dictan, de una vez por todas, que sí y que no debemos hacer para optimizar nuestros maquillajes con el color de la paz, el blanco.
Si llevo una prenda blanca, ¿qué colores favorecen más?
A la hora de elegir un maquillaje perfecto, hay dos factores esenciales que no debemos perder de vista. Por un lado, como nos explica Rosa Roselló, directora de formación de Druni, está “nuestra colorimetría personal y, por el otro, el color de la ropa que llevamos. Si llevas una prenda blanca, tienes una paleta de colores muy versátil para resaltar tus mejores facciones, pero la clave está en seleccionar tonos que no apaguen tu look y mantengan la armonía.”
Basándonos en este último aspecto, podríamos destacar que los tonos cálidos, es decir, aquellos que pertenecen a estaciones como otoño y primavera, “lucen bien con colores dorados o terracota; mientras que los tonos fríos, aquellos que constituyen a invierno y verano, se ven favorecidos por rosas y azules”, explica David Deibis, maquillador oficial de Perricone MD.
Si no terminas de dar con tu colorimetría adecuada, un truco muy eficaz es, como señala Esther Llongueras, responsable de estética salud y bienestar de Llongueras, “en fijarnos en el color de nuestras venitas de la muñeca. Si tiran más a azul quiere decir que tu tono de piel tiende a fría y si, en cambio, son verdes, cálido. Y si, dentro de esta apreciación, no lo ves claro, posiblemente los neutros sean tus colores.”
Además, junto a esta línea personalizada, también existen ciertos colores que se adecuan a todo tipo de estaciones y subestaciones y que, al igual que ocurre con el blanco en moda, brindan una versatilidad plena en la industria del maquillaje. Entre ellos, según nos explica Nuria Aluart, beauty expert y fundadora de la web Mumona.com, “encontramos el tono melocotón, los nude y los tonos tierra en sombras y rubor; mientras que, en los labios, destacarán los tonos teja o rosados. Tanto cálidos como fríos suelen adaptarse bien a distintos subtonos de piel.”
¿Qué colores NO son recomendables llevar con camisa blanca?
Eso sí, pese a la versatilidad que el blanco presume, también existen ciertos colores que no favorecen al combinarse con este y que, incluso, pueden llegar a apagar la luminosidad que proyecta el blanco sobre nuestra imagen. Un ejemplo fácil de colores que NO se recomiendan, son aquellos tonos demasiado similares al tono de nuestra piel (en sus diferentes fototipos) o muy neutros, dado que estos pueden hacer que el look con blanco se vea plano o apagado.
María Gómez, responsable de marketing de Camaleon Cosmetics, aconseja evitar “labiales muy nude o marrones apagados si tienes una tez clara. También sombras marrones cálidas, si tu piel es fría, ya que podrían darte aspecto de cansada; así como sombras amarillentas y tonos anaranjados opacos que contrastan poco con el blanco y no dan el brillo que necesitas.”
¿Qué tipo de maquillajes son mejores si llevo camisa blanca?
Como dicta la retórica, el blanco es el lienzo perfecto por el que empezar a crear y, por ello, será un escenario dispuesto a todo tipo de maquillajes, desde los más naturales y suaves, hasta los más llamativos, según el enfoque que deseemos en nuestra imagen final. De hecho, a la hora de escoger por un maquillaje más natural o más contrastado, todo dependerá del contexto y del estilo personal, más allá de unas normas establecidas.
“Para un look de día o para una reunión de trabajo, el maquillaje natural siempre es una opción segura y elegante, donde predominan los tonos neutros y un acabado fresco. Para la noche o una ocasión especial, puedes optar por un maquillaje más llamativo, como unos labios intensos o un delineado de ojos más dramático, ya que el blanco ofrece el contraste perfecto para lucir estos elementos sin recargar el look”, puntualiza Nuria Aluart, beauty expert y fundadora de mumona.com.
Además, tampoco podemos olvidar la relevancia de una piel cuidada y saludable que, en cualquier caso, potenciará la luminosidad y ‘buena cara’ que brinda el color blanco en las prendas de ropa. En palabras de Maite Cuerda, farmacéutica especializada en Dermofarmacia y Cosmética, “la elección entre un maquillaje natural o más impactante dependerá de la ocasión, pero en ambos casos, el secreto de un buen maquillaje siempre es una piel bien cuidada y preparada.”
Para el día a día, “un maquillaje natural resaltará tu piel, permitiendo que luzca saludable y radiante. Para eventos especiales, puedes optar por un look más llamativo, pero asegúrate de que la base y los productos de skincare sean adecuadospara tu tipo de piel; esto evitará que el maquillaje se vea recargado”, añade la farmacéutica.
¿Cómo maquillo mis ojos si llevo camisa blanca?
Al llevar una camisa blanca, como estamos viendo en cada punto, el maquillaje de ojos se adapta a todo tipo de gustos y necesidades, pudiendo optar por versiones naturales hasta las más sofisticadas.
Por ejemplo, como nos explica Nuria Aluart, “para un look natural son perfectos los tonos beige o marrones suaves, más un delineado discreto y minimalista. Por otro lado, si preferimos algo más sofisticado sin ser demasiado intensos, un ojo ahumado en marrón es un buen aliado. Junto a estos, un último maquillaje clásico que queda muy bien con una camisa blanca, es un delineado negro de gato, con sombras neutras que no compitan por atención”.
¿Qué colores de labios son mejores si mi camisa es blanca?
En el caso de nuestros labios, partiremos de la misma premisa por lo personal, pero en esta ocasión visualizando la armonía que estos colores de labial poseen junto al maquillaje de ojos. Entre las opciones más recomendadas, María Gómez, de Camaleon Cosmetics, destaca labiales rojos vivos o en tono cereza, para un look clásico y elegante. También rosas o malvas suaves, ideales para un look natural y fresco. Junto a ello, corales o tonos melocotón, perfectos para aquellas personas que poseen un subtono cálido y quieren un toque alegre. Y por último, fucsias o borgoñas, enfocados para un look más dramático.
¿Qué coloretes o rubores son mejores si mi camisa es blanca?
Como último aspecto, no podíamos dejar pasar la relevancia que los categorizados como ‘rubores’ brindan al conjunto del maquillaje y, sobre todo, cómo se adaptan con acierto a los estilismos con camisas o blusas blancas.
En palabras de Rosa Roselló, “el colorete es un paso clave que aporta vitalidad al rostro. Con una prenda blanca, opta por un tono que imite el rubor natural de la piel. Los tonos melocotón o rosas claros son perfectos para un acabado fresco, mientras que los tonos más intensos, como el malva o el terracota, dan un toque de profundidad.”